Si ves al Amor...
Dile que soy aquella hija suya,
la del rostro sin vida
y la mirada apagada.
Esa, a la que a veces aparta
de una patada.
Dile que se me agotaron los sosiegos
de tanta herida injusta
siempre en la misma llaga.
Si ves al Amor...
Dile que a pesar de su maltrato,
le perdono este último dolor
que llegó cuando el sueño era paz
y lo que dolió ya no dolía.
Dile que me vuelvo a mi rincón
con lo mejor que conocí de él,
recuerdos que almibaran mis horas
hasta el fin de mis días.
Si ves al Amor...
Dile que la vida se me apaga,
que no me quiero ir
sin el consuelo de su último abrazo
y su última mirada.
Dile que me perdone
por faltar a mi promesa
de no volver a derramar lágrimas
cuando él de nuevo me golpeara.
Si ves al Amor...
Dile que aunque mi sonrisa calla...
mis ojos desteñidos por el llanto le sonríen
agradecida por lo recto de lo torcido.
Dile si le ves... que de andar sin zapatos,
tengo gastados los pies.
Que de tanto ir y volver
sangran hasta mis huesos...
¡y ya no sé qué hacer!
Ella despertó con el frío calado en los huesos, con el costado desamparado, con la caricia vacía y el ansia agitada por lo ansiado...
Silencio apuñalado, urdimbre de sombras tras las rejas del olvido...
Una vez más, echaba en falta lo que nunca tuvo, presa de lo que carecía y obligada por lo que poseía. Rehén de sí misma y de la libertad que, prisionera, habitaba en su alma... toda ella era un museo de ecos y sombras nunca resueltos por no debatidos.
Sus sienes latían, su corazón bombeaba vacío, porque la sangre pareció estancarse en las laderas de alguna arteria dormida.
Quiso pronunciar algo, un nombre..., una sola palabra de reclamo para ser ayudada, pero que se ahogó en su garganta antes de hacerse sonora.
Sus ojos de niebla tejían lunas de desconcierto en un cielo de desamparo en mitad de la silenciosa madrugada.
Despertó con el corazón en los huesos y el reloj de su vida sin cuerda.
¡Cuánto escuece la vida, cuando fue desgarrada y abandonada a su suerte!
Ilusa mujer que soñó con una segunda oportunidad para nacer -
Autodidacta que utiliza la escritura y la pintura para completarse -
Defensora de causas perdidas (entre otros 'defectos') -
Fiel al corazón e infiel a la razón, que cambió el orden de los sustantivos en alguna equivocada ocasión -
Llena de nada de aquellos "todos", donde hubo muchos "cuándos" sin importar "dónde"...
- Muy agradecida a todos los que, al visitarme, me dediquen un instante de sus valiosas vidas para leerme y dejarme su impresión por escrito -